La regla del 100 %

Corrían principios de 1999 y, en calidad de director ejecutivo de una organización empresarial, fui invitado a una importante conferencia internacional en los Estados Unidos. En el segundo día del evento, una de las conferencias magistrales estuvo a cargo de un señor de unos cuarenta y cortos años quien impartió la más enriquecedora e inspiradora conferencia que yo había escuchado hasta ese entonces. Su nombre era Howard Schultz y era el CEO de
Starbucks.

Recuerdo también haber agotado por completo la libreta de apuntes, la cual de hecho fue mi “Biblia” empresarial durante años. Al terminar la conferencia, debido al congestionamiento de los baños los coordinadores nos indicaron que, por favor, fuésemos hacia los que quedaban más adelante. Transcurrido ya un rato caminando me resultó extraño que estos otros baños estuviesen tan lejos y que hubiese que caminar por tantos laberintos para llegar.

Justo en la entrada me topé de frente con un señor que salía y quien me sonrió cortésmente. ¡Era el mismo Howard Shultz en persona! Recuerdo como hoy que luego de haber dado dos pasos paré de repente, giré y, con un atrevimiento que probablemente ya he perdido con los años, le pregunté (traduzco): “Disculpe Sr. Schultz, ¿podría usted decirme cuál ha sido el secreto de su éxito?” El personaje paró, giró la cabeza en cámara lenta, giró el cuerpo y se acercó a mí. Ya parado frente a mí y mirándome a los ojos me puso la mano en el hombro derecho y me dijo: “Yo nunca me acuesto con la sensación de no haber dado en ese día mi 100%”. Sonrió, giró de nuevo, se fue caminando y ese fue el final de nuestro “intenso y profundo” diálogo. ¡Caramba! Entré por equivocación al baño de los VIP y recibí uno de los mejores consejos personales de mi vida.

He aplicado ese consejo desde ese día religiosamente, y si algo he aprendido en el proceso es que el consejo de Howard Schultz puede interpretarse de muchas formas, aplicarse a muchos contextos y gestionarse de diferentes maneras. Yo por ejemplo tomé este consejo para aplicar lo que denominé La Regla del 100% como marco de referencia para todo lo que hago. Por eso cada vez que hago algo lo reviso y lo “recontra” reviso para estar seguro y conforme de que he dado mi 100%, y si no, lo rehago hasta que esté 100% tranquilo. De hecho, este artículo es “víctima” de la Regla del 100%. También al acostarme me duermo haciendo un repaso de todas las ocasiones en que durante el día apliqué o no La Regla del 100%.

La Regla del 100% también me ha ayudado a entender qué hace levantarse todos los días temprano a trabajar a individuos que, desde nuestra perspectiva, ya son todo lo mega-ultra-hiper exitosos que alguien podría soñar ser jamás. Definitivamente no es el dinero, el poder y la fama pues ya de esto tienen todo lo que quieren y pueden usar. Por ejemplo, pensemos qué pudo mover en su momento a un Steve Jobs (EPD) ya enfermo a seguir liderando su exitosa empresa hasta que, debido a sus problemas de salud, sus fuerzas le fallaran. O qué impulsa a un ya octogenario Warren Buffet a seguir todavía al “pie del cañón” en sus empresas como si fuese el primer día. Me atrevo a especular que a individuos como estos, al igual que a miles de otros que lideran o han liderado el mundo, los mueve una sola fuerza que los impulsa a seguir adelante y esta es dar en todo momento su 100%.

¿Da usted el 100% en todo lo que hace? ¿Está usted seguro de estar explotando el 100% de su potencial? ¿En su trabajo, da usted siempre su 100% cada vez que se le asigna una responsabilidad o tarea? Y cuando tiene un problema o un reto, ¿da usted su 100% para resolverlo? ¿Es usted 100% sincero/a con sus compañeros y clientes? ¿Está usted dando el 100% en todas sus relaciones? ¿Cuida usted su salud al 100%? Cuándo alguien le pide apoyo, ¿da usted el 100% de la ayuda que podría darle? Si no es así, empiece a hacerlo ya mismo porque lo más interesante de la Regla del 100% es que no es recuperable. Dicho de otra forma, si usted no dio su 100% hoy y solo dio un 80%, lamentablemente mañana no puede recuperarlo dando el 120%. Lo que quiere decir que cada día que usted no da su 100% se está alejando un poquito de haber logrado vivir su  vida al 100%…

Lo más interesante del caso es que aplicar La Regla del 100% es nuestra única garantía del éxito en la vida, pues esta nos mantiene siempre fuera de nuestra zona de confort. Esto debido al simple hecho de que nuestro 100% de hoy será mañana nuestro 0%. Dicho de otra forma, lo que hoy es nuestro techo mañana debe ser el piso sólido sobre el cual iniciemos el próximo ascenso. Otro aspecto a destacar es que La Regla del 100% se refiere a “nuestro” 100%, no al de otros. Es decir, al final no se trata de dar el 100% que los otros esperan de usted ni de compararse bajo los estándares de medición que imponen otros. Solo nosotros sabemos con certeza cuál es nuestro 100% y solo nosotros debemos convivir con la satisfacción o la insatisfacción de no darlo. Solo le digo que si decide no dar su 100% en todo lo que hace recuerde que hay pocas sensaciones peores en la vida que la de llegar al final de sus días sabiendo que no utilizó el 100% de su potencial…

Sobre el autor

Ney Díaz

Presidente y fundador de INTRAS, reconocida como la principal empresa de capacitación especializada y consultoría formativa en la República Dominicana, con importantes alianzas con organizaciones de España y América Latina. Preside, también, la firma de capacitación Skills y la empresa Summit, especializada en la organización de eventos corporativos. Es, asimismo, editor en jefe de la Revista GESTIÓN y Senior Advisor de Executive Education para República Dominicana de la IE Business School de España.

Como autor, ha publicado el libro Las 12 preguntas. Puede encontrar más de los escritos de Ney Díaz en su blog en https://neydiaz.com/blog.

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